La motivación y la actitud son dos factores intrínsecos en el ser humano. En muchas ocasiones podemos llegar a pensar que hacen referencia al mismo concepto y que afectan a nuestra conducta por igual.
Están relacionados: uno depende del otro, pero, definitivamente, podemos confirmarte que no son lo mismo. Combinarlas es una de las claves para mantener la actitud y la motivación
En el mundo del entrenamiento y deporte, se escucha mucho hablar de ambos, pero ¿sabemos lo que son y como podemos gestionarlos a nuestro favor?
¿Cómo se define cada uno?
Según la Rae:
- La motivación: es el conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona.
- La actitud: es la disposición de ánimo manifestada de algún modo.
Escoger una u otra: combinarlas es una de las mas importantes claves para mantener la actitud y la motivación.
Cuando hablamos de motivación, podemos describir como una conducta presente en un determinado momento, ya que, suele ser efímero y duradero por un periodo de tiempo concreto. La motivación puede ser el primer paso para lograr el éxito. Las personas solemos tener picos de motivación, neutralidad/indiferencia y desmotivación. Hay que saber identificarlos.
Un claro ejemplo para ponernos en contexto, puede ser aquellas personas que durante la cuarentena no han podido entrenar o no disponían de material para hacerlo. Cuando se pueda regresar a los gimnasios, los primeros días/semanas, se pueden dar dos situaciones:
- La primera en la que la motivación se dispara. Queremos dar nuestro máximo y aprovechar cada serie y repetición que hagamos.
- Una segunda situación: puede ocurrir que, por esta falta de motivación durante la cuarentena, sé del caso contrario, sentir que hemos empeorado, que se ha perdido el progreso, y no volver a entrenar aun por un tiempo mayor. En este caso está presente la falta de motivación
Pero, ¿Dónde entraría en juego adoptar una actitud u otra? Puede llegar a influir en absolutamente todo.
Ante todo, tipo de situaciones podemos adoptar distintas actitudes.
Una actitud activa y positiva nos ayudará a ser constantes a lo largo del tiempo. Si solo damos nuestro máximo en aquellos momentos donde la motivación esté presente, no avanzaremos. En ocasiones hay que ser disciplinados y cumplir, sabiendo que, a futuro, merece la pena.
Volviendo al ejemplo anterior, a pesar de no poder ir a nuestro lugar de entrenamiento, crearnos nuestro propio espacio en casa. Podemos tratar de adquirir material básico como gomas de resistencia, un set de mancuernas adaptable, una barra de dominadas… o incluso, garrafas de agua o mochilas llenas de libros.
O una actitud negativa: pensar que, al haber retrocedido, no merece la pena continuar o que no va a servir de nada.
¿Cómo adoptar una actitud positiva y duradera?
Establecer objetivos a corto y largo plazo:
Es importante definir una serie de objetivos y metas que queramos conseguir. Aquellas a corto plazo nos ayudarán a mantener la motivación y a ver progresos en un periodo de tiempo menor.
Aquellas a largo plazo suelen ser más ambiciosas, requieren mayor tiempo y sacrificio y debemos ser constantes para conseguirlas.
Por ejemplo, queremos empezar una alimentación y dieta saludable: podemos comenzar, hasta que logremos cambiar el 100% de nuestros hábitos, con pequeñas modificaciones en ellos, que acabaran marcando la diferencia:
- Reducir el consumo de dulces
- Cocinar al vapor, plancha u horno en vez de frito
- Aumentar la cantidad de fruta y verduras al día
- Beber más agua
Los objetivos tienen que ser realistas y adaptados a la situación personal de cada uno.
Llevar un seguimiento: dejar constancia
Los objetivos que establezcamos tienen que ser medibles a lo largo del tiempo. Muchas veces, no somos conscientes de los avances o progresos si no los apuntamos o escribimos.
Te dejamos 2 plantillas descargables al final de este post para que sea más fácil llevarlo a cabo. Puedes imprimirlas o descargarlas en tu dispositivo de manera que las veas con frecuencia y te recuerden por lo que estás luchando.
Rodearte de un ambiente adecuado: positivo y ambicioso
Las personas de las que nos rodeamos, aquellas con las que convivimos, trabajamos etc. tienen un impacto en nuestro día a día. Un factor de vital importancia es poder estar rodeado de gente con ambiciones y metas similares a las nuestras.
No siempre podemos estar al 100%, pero rodearse de personas negativas y que no aporten, tendrán un impacto de manera directa e indirecta en nosotros. Todos podemos contribuir en ayudar a sacar el máximo de los demás.
En la actualidad, todos utilizamos constantemente las redes sociales. Tiene repercusión en ti, el tipo y calidad de contenido que visualizas. Sigue a cuentas que te inspiren, ayuden, motiven o persigan objetivos similares a los tuyos.
Esto se puede ver reflejado en deportes como la calistenia, el crossfit etc. en los que muchas veces, el estar rodeado de personas que persigan un mismo fin que tu e interactuar a la hora de entrenar con ellas puede repercutir de manera positiva.
El tiempo pasa igual: donde empezaste
Recuerda que los días van a seguir avanzando, y solo está en tus manos el aprovechar el tiempo o no. Aunque parezca un tópico, dentro de 6 meses te gustaría haber empezado hoy. Nunca esperamos a que llegue el momento adecuado, si no nunca empezaremos.
Si ya has comenzado, de vez en cuando, es importante mira hacia atrás y ver el camino recorrido para valorar todo aquello que has conseguido.
Tu objetivo es lograr un cambio físico: toma tus medidas, haz fotos (aunque no te guste verlas ahora, a futuro tendrás con que compararte), escribe los pesos que consigues mover en cada ejercicio, el número de repeticiones, los kilómetros por hora que eres capaz de correr etc.
Con que herramientas cuentas
Tus límites te los pones tú. No siempre dispondremos de los recursos que nos gustaría para avanzar, pero es importante valorar aquellos con los que contamos.
Todo avance, por pequeño que parezca, suma más que nada.
A día de hoy, gracias a internet podemos acceder a un número ilimitado de recursos de manera gratuita que pueden ser el comienzo.
-SI queremos empezar a hacer deporte, podemos probar distintas rutinas, disciplinas etc para acercarnos a aquella que más se adapte a nuestros gustos y requerimientos.
-Comenzar a comer sano: sabiendo filtrar la información, ya que mucha está desactualizada, empezar a entender como funciona nuestro cuerpo, el impacto de cada nutriente… existen multitud opciones.
Días buenos vs no tan buenos
Es obvio que no todos los días de nuestra vida van a ser fantásticos. Hay que saber afrontarlos con perspectiva. No todo es blanco o negro. Existe una escala de grises más allá. No hay por que moverse en los extremos y dejar que, si algo no ocurre como teníamos pensado, influya en el resto de acciones de ese día.
Por ejemplo, si el entrenamiento no ha ido como nos habíamos imaginado, no sentíamos cansados, fatigados etc., no hay por que tirar el día por la borda, hay otros factores que podemos gestionar: la nutrición y el descanso. Todo suma.
Céntrate en tus cualidades y partes positivas
Es importante valorarse a uno mismo. Está bien ser autocríticos y poder identificar aquello en lo que debemos mejorar, pero también es importante saber aquello en lo que somos buenos, se nos da bien y apreciarlo. Tener confianza en uno mismo es vital. Hay que valorarse como personas.
No siempre vamos a recibir buenas opiniones o críticas del resto de personas. No tenemos que dejar que comentarios negativos influyan en nuestro progreso. Hay que aceptarlos y seguir adelante.
Tampoco vivir a base de opiniones positivas y aceptación de la gente. Hay que buscar un término medio.
Los cambios no llegan solos
Recuerda que la única persona que puede conseguir tus objetivos eres tu mismo. Todo requiere de un proceso, tiempo y de, como hemos mencionado antes, constancia. El esfuerzo es fundamental. Si otras personas ya lo han conseguido ¿por qué tú no vas a hacerlo?
Si siempre haces lo mismo, vas a obtener el mismo resultado.
Empieza por cambiar aquello que no te llena, gusta o que esté en tus manos. Los pequeños cambios, marcan la diferencia. Todos tenemos un comienzo.
No esperes a lunes, al día 1 del mes siguiente o a que comience un nuevo año. Si quieres algo, ve a por ello desde el minuto en que te lo propongas. Identifica que excusas o barreras te están limitando.
¿Qué conclusiones podemos sacar?
Todos somos personas, con emociones y sentimientos. Es importante saber gestionarlos en cada momento. Al final la experiencia es la que nos lleva a ello.
- Encontrar aquello que nos haga sentir bien.
- Se trata de conseguir unos buenos hábitos, no de seguir una dieta insostenible durante un periodo corto de tiempo.
- Se trata de que hacer deporte no sea un sacrifico, si no de encontrar uno que podamos practicar y disfrutar.
Y tú, ¿qué vas a hacer hoy por acercarte a tus objetivos? Estamos encantados de leerte en comentarios.