Cómo entrenar en días muy calurosos
¡Buenos días! Ya estamos en pleno ecuador del verano y, este año, las temperaturas están siendo especialmente altas. Desde que llegase la famosa ola de calor allá por finales de junio y principios de julio, los termómetros no nos han dado un respiro. Las advertencias sobre los peligros que esto conlleva son constantes, tanto en los medios de comunicación como entre la gente de nuestro alrededor, y es necesario remarcar que esos riesgos aumentan en situaciones de actividad física.
Si eres una persona que entrena en casa o en el gimnasio, no hay problema, porque seguramente tengas herramientas para refrescar el ambiente (ventilador, aire acondicionado, etc.); sin embargo, si te gusta aprovechar el verano para salir a realizar tus entrenos al aire libre, tienes que tomar una serie de precauciones. Hoy, desde NutriMarket, queremos ofreceros algunas que nos parecen importantes.
La influencia del clima
Las condiciones climatológicas son un factor que, por norma general, no suele recibir demasiada atención –ninguna, en algunos casos- a la hora de planificar un entrenamiento. Quizá la lluvia es la excepción, ya que existe disciplinas en las que su aparición es incompatible con la práctica deportiva en sí. Algunos ejemplos son el tenis o el pádel, aunque también podrían mencionarse actividades como el trail running (running por el campo), en las que la lluvia puede hacer que el medio en el que se llevan a cabo quede impracticable por barro, charcos, etc.
Más allá de este caso en concreto, el tema de la temperatura se pasa por alto con bastante frecuencia hasta que llegan situaciones más extremas. Como podría ser esta ola de calor de la que hemos empezado hablando. Las razones para que esto sea así son obvias, y es que cuando hace un poco de frío o un poco de calor, no hay ningún riesgo importante por el que haya que preocuparse tanto como ahora.
A pesar de que, como decimos, las variables normales de temperatura no suponen un peligro, si les prestásemos un poco de atención se podría adaptar con más precisión el tipo de entrenamiento que se realiza en cada momento del año. Hacer un calentamiento más intenso y específico en invierno o incrementar la hidratación y los descansos en verano son dos modificaciones mínimas que, aunque parezca mentira, pueden influir positivamente en el rendimiento físico.
Combatir las altas temperaturas
Más allá de la importancia que pueda tener la climatología en el ejercicio cuando se trata de temperaturas moderadas, este texto está más enfocado a lo que se está viviendo en los veranos. Las altas temperaturas no parecen tener intención de remitir pronto, así que es necesario tener un plan alternativo a nuestros entrenamientos de exteriores.
La buena noticia es que no tenéis que renunciar al placer de hacer deporte en la calle, sino que, simplemente, debéis adoptar una serie de precauciones que os vamos a ofrecer a continuación. Son cuatro, y ninguna de ellas requiere un gran esfuerzo ni mucha planificación, así que no os costará mucho seguirlas.
Consejos a seguir con altas temperaturas
Utiliza protección solar.
Más que por rendimiento deportivo, este consejo está referido a la salud propiamente dicha. Mientras se está entrenando es posible pasar por alto una quemadura de la piel, pero las consecuencias pueden ser importantes.
Adapta tu indumentaria.
La ropa puede convertirse en un gran obstáculo si no acompaña adecuadamente al ejercicio físico. En este caso, cuantas menos prendas y más transpirables, mucho mejor.
Entrena pronto por la mañana o espera a la noche.
La mejor forma de huir del calor es buscar los momentos del día en los que bajan las temperaturas. Además, los beneficios van más allá: entrenar a primera hora te activará para todo el día; hacerlo por la noche asegura un buen descanso.
Hidrátate más y mejor.
Quizá este sea el consejo más importante. Beber agua durante el entrenamiento es vital todos y cada uno de los días del año. Cuando la temperatura es tan alta el cuerpo pierde mucho más líquido, así que tu hidratación debe ser mucho mayor.